

FABIÁN LAVADO RODRÍGUEZ
Martes, 29 de octubre 2019, 16:56
La creación en 1790 de la Real Audiencia de Extremadura con sede en Cáceres, supuso la introducción de importantes reformas como el establecimiento de juzgados y la división de Extremadura en dos provincias en 1822. Para un mejor conocimiento del territorio regional, en 1829 se inició el acopio de noticias de todas sus poblaciones a través de dos documentos llamados interrogatorios, firmados el 14 de abril por el fiscal de la Real Audiencia D. Juan Martín Delgado. Como consecuencia de la documentación recogida, surge la división del territorio extremeño en los actuales partidos judiciales. Estos interrogatorios nos permiten conocer el número de habitantes de cada población y su ambiente social, señalando los nombres de las personas más destacadas y sus cargos.
La Zarza pasó a formar parte del partido judicial de Mérida, compuesto por la capital emeritense (4143 habitantes) y veintitrés pueblos, con una población cercana a los 24.000 ciudadanos. Zarza junto a Alange tenía 538 vecinos (2007 habitantes), estaba gobernada por dos alcaldes: D. Juan Carrasco Peñafiel, por el estado noble, y D. Juan Rodríguez Montero, por el estado general; cuatro regidores: Juan Antonio Álvarez, Francisco Megías Calvo, Juan León Lozano y José Paredes; dos diputados: Juan Moreno y Pedro Borrallo, y un síndico: Francisco Segura. La nobleza estaba representada por los hermanos D. Antonio y D. Francisco de las Cuentas, D. Gonzalo Guerrero, D. Fernando Carrasco, D. Juan Carrasco Peñafiel, D. Juan Carrasco Montero, D. Pedro Carrasco y D. Antonio Cortés. Las restantes personas «ilustres» eran el escribano y secretario del concejo D. Francisco Gutiérrez Mateos, el boticario D. Francisco Ortiz, el médico D. José Amado y el administrador del estanco D. Antonio Ginestal.
La parroquia de San Martín estaba atendida por el cura ecónomo D. Fernando Obando de Prado y los sacerdotes D. Bartolomé Belloso, D. Juan Victorino Reyes, D. Juan Clemente Cortés, D. Francisco Cortés, D. Francisco Bravo y D. Fernando Sánchez.
A comienzos del siglo XIX surgen los diccionarios geográficos y estadísticos, herederos de las enciclopedias ilustradas que, en varios tomos, ordenaban alfabéticamente todas las poblaciones, aportando información sobre su denominación, clima, economía, vecinos, impuestos, edificios, etc. Uno de ellos fue el «Diccionario Geográfico Estadístico de España y Portugal» del palentino Sebastián de Miñano Bedoya (1779-1845), escritor, geógrafo, historiador, periodista y político afrancesado. Publicado entre 1826 y 1829 en diez tomos y un suplemento, su fuente principal de información fueron los párrocos al igual que en siglos anteriores, hecho por el que fue criticado.
En el tomo X describe a Zarza junto Alange como una villa de España, en la provincia de Extremadura, perteneciente al partido de Mérida y priorato de San Marcos de León de la Orden de Santiago, con 560 vecinos (2800 habitantes), gobernada por un alcalde ordinario, con una parroquia (San Martín) y un pósito.
Situada al sureste de Mérida, en el camino que desde esta ciudad conduce a Villagonzalo, a la izquierda del Guadiana, ocupa la falda de un cerro hasta lo alto del mismo, donde se halla su parroquia. Está entre dos sierras pedregosas, casi tocando con la de la izquierda (Juan Bueno), y como a media legua de la diestra, mirándola por el norte (Peñas Blancas). Los pueblos inmediatos son Villagonzalo, Alange, La Oliva y Guareña en la orilla izquierda del Guadiana, y Don Álvaro en la derecha. Dista 12 leguas de la capital Badajoz, 3 leguas de Mérida, 14 de Cáceres y 54 de Madrid.
Produce poco vino, pero bueno, y algún lino. Industrialmente posee telares de lienzos y de paño que llaman bayeta «de la que se visten generalmente las mugeres». Paga una contribución territorial de 23.164 reales y 22 maravedís.
Años más tarde, el «Diccionario» de Miñano fue ampliado y corregido por el navarro Pascual Madoz (1806-1870). Político vinculado al Partido Progresista, en 1868 presidió el Consejo de Ministros y la Junta Provisional Revolucionaria tras la caída de Isabel II. Decretó la polémica desamortización de 1855 que lleva su nombre, que dispuso la venta en pública subasta de toda clase de propiedades rústicas y urbanas pertenecientes a la Iglesia, el Estado, los propios y baldíos de los municipios y, en general, todos aquellos bienes que permanecieran amortizados.
En 1834 trazó un plan para crear el «Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de España y sus posesiones de Ultramar», magna obra que en dieciséis volúmenes fue publicada en Madrid entre 1845 y 1850, con la ayuda de veinte corresponsales y más de mil colaboradores, tras casi dieciséis años de trabajo. Proporciona numerosas noticias sobre administración y territorio, habitantes y vivienda, educación primaria y datos económicos de las distintas poblaciones de España y sus posesiones.
En el tomo XVI aparece Zarza de o junto Alanje como una villa con ayuntamiento, ubicada en la provincia de Badajoz (11 leguas), partido judicial de Mérida (3 leguas), audiencia territorial de Cáceres (13 leguas), diócesis de Llerena (12 leguas), capitanía general de Extremadura.
Situada en una cañada, en la falda de la sierra del Calvario, es de clima templado, donde reinan los vientos norte y sur, y se padece paludismo o malaria, popularmente conocido como tercianas. Tiene 650 casas desiguales en 17 calles, la plaza de la Constitución y una plazuela, donde residen 695 vecinos (2410 habitantes); casa de ayuntamiento, cárcel, pósito y carnicería; dos escuelas: una, dotada con 1200 reales de fondos públicos a las que asisten 150 niños, y otras dos de niñas sostenidas por retribución en las que se educan 70 alumnas. Eclesiásticamente cuenta con la iglesia parroquial de San Martín atendida por un cura párroco, un teniente, tres capellanes y tres dependientes; pertenece al provisorato de Mérida formado por 41 poblaciones (todas las localidades de los partidos judiciales de Mérida y Montánchez más cinco del de Almendralejo), con curato de segundo ascenso (territorio bajo la jurisdicción espiritual de un cura, de donde extraía rentas como la congrua, que cubría su sustento) y provisión de Su Majestad a propuesta del Tribunal Especial de las Órdenes Militares, como perteneciente a la Santiago; esta iglesia se halla veinticinco varas al sur de las últimas casas, adosada a ella el cementerio, y en los extremos de la población el santuario de Nuestra Señora de las Nieves con un atrio y una alameda que lo rodea; la ermita de San Marcos sobre un cerro y la de San Gregorio destruida.
Se surte de agua potable en una fuente con pilar que hay en la plaza, otras nueve en casas particulares, dos pozos públicos y otros manantiales a diferentes distancias.
Confina el término municipal por el norte con el de Villagonzalo, al este con el de La Oliva, sur con Torremejía y Alange y oeste con el de Mérida, extendiéndose de ¼ a 1 legua y comprende los caseríos del Encinal (Los Pajares), en cuyo sitio hay 40 casas de campo destinadas a la agricultura, los baldíos de Sierra Grande y Juan Bueno, que se componen de 1010 fanegas, y la campiña y tierras de labor con 4000 fanegas. Bañada por el Matachel a ¼ de legua («…sus aguas son siempre turbias, y tienen la particularidad de no criar sanguijuelas, y si los ganados las tienen, se les lleva a beber en él y se les caen todas, es abundante de peces…») que desemboca en el Guadiana en su término («…baña el término de Villagonzalo, continúa hasta la jurisdicción de Zarza junto á Alange, que tocando dos pequeñas vegas de particulares, continúa lindando al camino que de la Serena se lleva para Sevilla, y después sigue por la dehesa del Novillero hasta las Juntas, sitio donde entra el río Matachel; desde este punto continúa por una pequeña vega hasta la dehesa de Holgado, entrando en el término de Mérida por la dehesa de Dontello…») y el arroyo de la Calera («…nace en el sitio de los Valancines, término de la villa de la Oliva, y corre por el valle que forma la sierra de Juan Bueno, cuyas faldas son propiedades de los vecinos de la Zarza; atravesando el camino que va a la de Alange, entra por la cañada de Merinas y la hondonada de las dos sierras denominadas la Canchalosa y Cabeza Real, entra en la dehesa de propios de la misma Zarza, y desemboca en Matachel por bajo de los puentes quebrados -Sietevadillos-, entre el horno de ladrillo de este nombre y el de los herederos de Fernando Morán»).
El terreno es fértil y desmontado la mayor parte, excepto los baldíos que son montuosos y de sierra áspera, incultos y aprovechados únicamente por las cabras. Produce trigo, cebada, avena, centeno, habas, garbanzos, aceite y vino con una regular abundancia; se mantiene ganado lanar, cabrío, vacuno, de cerda y colmenas, y se cría caza menuda.
En cuanto a la industria y comercio tiene una fábrica de jerga –telas gruesas y toscas-, tres de jabón blando, dos de aguardiente, un molino de aceite y cinco harineros; se exportan los frutos del país y se celebra una feria el 8 de septiembre. El correo se recibe en Mérida por baligero o sacos de cuero tres veces a la semana.
Produce un capital de 3.833.825 reales, una riqueza imponible de 370.310 r., paga de contribución 45.059 reales y 6 maravedís; tiene un presupuesto municipal de 12.794 r. y 13 ms., del que se pagan 2600 r. al secretario, cubierto con el producto de propios, que consiste en dos dehesas de pastos, 160 fanegas de labor, 170 fanegas para plantío, las hierbas de los ejidos y otros aprovechamientos.
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