

Hay unas 2.300 hectáreas menos de frutales porque se arrancaron el año pasado por los bajos precios y los árboles no vienen tan cargados como hace un año, pero el sector de la fruta volverá a requerir un importantísimo volumen de mano de obra. Los cálculos de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex) señalan que se necesitarán unos 40.000 trabajadores entre las tareas de poda –finalizada hace meses–, aclareo –empezada de forma incipiente–, cosecha –se generalizará a mitad de mayo– y manipulación del producto en las centrales. «La demanda de trabajadores sigue siendo altísima y esperamos que en esta campaña no tengamos problemas de mano de obra porque realmente no se entendería», especifica Miguel Ángel Gómez-Cardoso, gerente de Afruex. La fotografía básica del sector frutícola extremeño ofrece varias evidencias. La fruta genera el 80% de la mano de obra en el campo regional. Mueve más de cinco millones de jornales cada año. Y, en condiciones normales, factura al año 300 millones. «Evidentemente no hay dos campañas exactamente iguales pero lo que no cambia es que nuestro sector tiene un peso fundamental en la economía de la región», apuntala.
El gerente de la Asociación de Fruticultores, entidad en la que se agrupa la práctica totalidad de empresas de la fruta, indica que una campaña con una «muy buena» producción puede mover entre 50.000 y 55.000 trabajadores en las diferentes fases. «Este año la producción va a ser menor porque el año pasado se arrancaron unas 2.300 hectáreas y porque las hectáreas productivas, de forma general, traen menos fruta. En estas condiciones, la necesidad total de mano de obra puede rondar los 40.000 trabajadores», expresa Gómez-Cardoso.
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De otro lado, mientras se ultima la puesta en marcha del servicio de transporte de temporeros en autobús puesto en marcha por la Junta, del que adelantó HOY los detalles la semana pasada, algunas organizaciones agrarias anuncian que van a crear bolsas de trabajo para sus asociados.
Apag Extremadura Asaja ha comunicado este miércoles que con esta iniciativa se pretende «amoldar la oferta y la demanda para que sean compatibles y no se queden las cosechas en el campo».
El objetivo es que los empleadores puedan exponer sus necesidades reales y ajustadas a cada temporada, mientras que los demandantes de empleo puedan también estar disponibles según zona o características concretas, dijo Apag en una nota de prensa.
De otro lado, UPA-UCE ha recordado a las centrales hortofrutícolas extremeñas que deben cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria, ya en vigor y con la que se persigue garantizar unos precios justos para los productos agrarios.
La primera cosecha en Extremadura será la de la cereza, que se empezará a recoger a finales de mes. Hasta ahora las centrales hortofrutícolas no se han dirigido a los agricultores para trasladarles los contratos, como marca la ley, señala UPA-UCE.
«Parece que se les ha olvidado que tienen que cumplir la ley y, por tanto, deben trasladarles a los agricultores unos contratos que contemplen precios con los que puedan cubrir sus costes de producción», destaca Ignacio Huertas, su secretario general.
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