ZARCEÑOS POR ESPAÑA: Antonio Donoso Casado, más de media vida en la isla de El Hierro
"Desde mi terraza veo el mar, pero me falta ver el Guadiana y el Matachel"
PEDRO ESPINOSA
Sábado, 25 de noviembre 2017, 07:14
Después de dar algunas vueltas por Francia y España, el zarceño Antonio Donoso se afincó en El Hierro (10.500 habitantes), la isla más occidental del archipiélago canario, hace 46 años.
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Tras trabajar la mayor parte de su vida en la construcción "oficial de primera", recalca-, Antonio disfruta ahora de su jubilación en esta isla canaria, dedicando parte de su tiempo a cuidar de 'sus animalitos' y a cultivar el huerto. "Llegué a traerme olivos de la sierra para plantarlos aquí", apunta Antonio.
Recuerda La Zarza, "mi pueblo del alma", con mucho cariño. "Viví en el Lejío de los Pescaores (actual calle Reyes Huertas), donde jugábamos a la picota y a los bolindres, y fui a la escuela de don Miguel Amado, cerca de El Barrial, hasta los 11 años", rememora. "Mis padres me compraron una bicicleta para ir a coger algodón al Palancar y al Novillero; a mi hermana, Isabel, una máquina de coser".
Empezó a trabajar muy pronto. Primero, como dependiente en la zapatería de Secundino; después, como ayudante del operador de cine emeritense, Luis Salete, en el cine que Vicentino tenía en El Molino y, posteriormente, en el de Mauro, hasta los 24 años. Durante la semana trabajaba en la construcción, con los hermanos Domínguez. "Recuerdo que iba en bicicleta a Don Álvaro, por el puente viejo".
A los 24 años abandonó el pueblo en busca de trabajo. "En 1969 emigré a Francia. Estuve dos años en París, trabajando en la construcción", cuenta nuestro protagonista a Hoy La Zarza. "Después pasé 4 años en Granollers (Barcelona), desde donde me fui a Canarias, formando parte de la empresa Entrecanales y Távora. Estuve unos meses en Santa Cruz de Tenerife y el Puerto de la Cruz, hasta que en 1971 me destinaron a El Hierro para trabajar en la construcción del aeropuerto. "Entonces no había luz en la isla", apunta Antonio. Tras un breve paso por El Aaiún, regresó a El Hierro para afincarse definitivamente allí. Se jubiló como trabajador del Ayuntamiento de Santa María de Valverde, capital de la isla. "Aquí la gente me conoce como Antonio, 'el Peninsular', afirma.
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Desde entonces ha vuelto 5 o 6 veces al pueblo. La última, en agosto del año pasado. "El pueblo ha cambiado mucho, para bien, por supuesto. Me anduve todas las calles, recordando lugares y saludando amigos", relata Donoso con emoción.
Confiesa que en El Hierro, donde se encuentra muy a gusto, le han tratado muy bien. "Vivo muy cerca de la playa. Desde la terraza de mi casa veo el mar, pero no veo el Guadiana ni el Matachel", concluye, con nostalgia.
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