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Enrique Benítez Molina

ZARCEÑOS POR EL MUNDO: Enrique Benítez Molina, programador informático en Berlín

“Desde pequeño siempre había soñado con vivir fuera de España”

PEDRO ESPINOSA

Domingo, 30 de octubre 2016, 08:00

Tras estudiar en Cáceres y vivir allí hasta los 26 años allí pasé una parte muy importante de mi vida, este ingeniero técnico en Informática de Sistemas lleva cinco años viviendo en Alemania, donde trabaja, en la actualidad, como programador en una empresa con páginas web en varios países.

A sus 35 años estuvo tres y medio en Irlanda (Cork y Dublín). Atraído por vivir una aventura en el extranjero, al acabar la carrera hice las maletas y me fui de España, no por la crisis sino persiguiendo un sueño, afirma con seguridad Enrique. En un principio mi idea era marchar a Londres para mejorar el nivel de inglés pero me convencieron para que comenzara por Irlanda.

Aunque considera muy acogedora la ciudad berlinesa, su adaptación no resultó fácil. A las dificultades idiomáticas tuvo que añadir las laborales. Mi primer trabajo no fue como yo esperaba y lo tuve que dejar a los cinco meses. Me tenía que desplazar a Düsseldorf en avión de lunes a jueves. Vivía en una ciudad en la que apenas estaba.

Me apunté a un curso de alemán y comencé a hacer amistades la mayoría, españoles, aunque, como mucha gente en Berlín, estaban de paso. Pasé un tiempo inadaptado hasta que en mi segundo año me apunté a una asociación deportiva LGTB donde conocí a muchos alemanes y me permitió reforzar mis conocimientos del idioma.

Confiesa que su vida en Berlín resulta bastante entretenida. El hecho de disponer de dos aeropuertos en la ciudad me permite viajar con facilidad, relata nuestro protagonista a Hoy La Zarza. Quedo con amigos algunos fines de semana en Londres, Varsovia o en otras ciudades de Europa.

Durante la semana, nos cuenta Benítez, mi vida es bastante normal. Trabajo de nueve a seis de la tarde y después voy al gimnasio, quedo con amigos o me voy a casa a descansar. Durante los fines de semana continúa Enrique- quedamos los amigos para comer, ir de compras, hacer deporte o salir de copas. Disfruta con la comida Berlín está lleno de restaurantes de todo el mundo a precios económicos.

Explica que Berlín no es realmente Alemania, sino que se trata de una ciudad con alma propia. Vivir en Berlín es como hacerlo en un pueblo pero con las ventajas de una gran capital de 3,5 millones de habitantes.

Al principio le impactó el orden alemán el autobús era puntual, las calles estaban limpias, la gente no hacía ruidos, la seguridad una chica puede regresar sola tranquilamente a casa a las cuatro de la madrugada; y la presencia del verde hay parques por todos lados.

Califica a los alemanes de gente buena y tranquila, que no se estresan ni se agobian, así como más fríos y cerrados que los españoles.

Su actitud es más positiva y productiva que la nuestra, que nos quejamos de todo. Además son más honestos y menos pícaros.

Por el contrario, echa de menos la espontaneidad de los españoles aquí hay que programar y planificar todo en cambio son bastante menos expresivos e individualistas que nosotros.

Reconoce que no tiene planes de futuro. Sólo pienso en el presente más inmediato: dar de comer a mis cuatro chinchillas, cocinar filetes con ajo y soja y darme un baño con aceite de eucalipto, que ando con gripe.

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