Jesús Paredes y Mª Carmen Sánchez, una vida en las Islas Canarias

En Santa Cruz de Tenerife desde 1990, Jesús es enfermero en la Unidad de Infecciosos del Hospital Universitario de Canarias, mientras que Mª Carmen, tras unos años de estudios y formación, dirige dos centros médico-estéticos y spa, propiedad de ambos, en el centro de la ciudad, con 13 trabajadoras. Padres de dos hijos, son felices en las islas.

Jesús comenzó trabajando en Madrid donde nunca se encontró cómodo debido a los agobios de la gran ciudad, mientras que Mari Carmen lo hacía en el negocio familiar, Cafetería Gordillo. Siempre soñábamos con una isla y el mar, afirman.

Guardan muchísimos recuerdos de su infancia en La Zarza -incluso Jesús está escribiendo un libro en el que aparecen algunos de estos momentos-, pues hemos tenido la suerte de gozar de una infancia en libertad vigilada- en un entorno hermoso, con el río Guadiana, la sierra, las calles empedradas, el parque, recuerdan nuestros dos protagonistas.

La música está muy presente en sus vidas. Conscientes de ello, sus hijos Sacha (21 años) y Maryam (13 años), aparte de ser muy buenos estudiantes, combinan sus estudios académicos con los musicales. Así, Sacha ya ofrece conciertos de violín y es miembro de algunas orquestas (Universidad Alfonso X El Sabio, Orquesta Joven de Extremadura), mientras que su hermana cursa 3º de la ESO y estudia violonchelo. Para nosotros, la educación musical va muy unida a la educación física, emocional o convencional, aseguran a Hoy La Zarza.

Adaptados totalmente a la vida insular, aquí trabajamos, soñamos, nos ilusionamos, disfrutan de las excelencias del clima. Tenemos entre 18 y 28 grados todo el año, además de una luz solar espectacular. Debido a su faceta de empresarios, el poco tiempo del que disponen lo aprovechan al límite. Vamos al gimnasio, a la playa, a recolectar setas o al Auditorio a escuchar música clásica, que nos encanta, explica Jesús.

Regresan a La Zarza dos o tres veces al año, ya que consideramos muy importante mantener los lazos emocionales con nuestras familias y conocidos.

De su vida en Canarias destacan, entre otras cosas, el anonimato, la independencia y la libertad que ello conlleva, mientras que echan de menos, como en el resto de la sociedad en general, la falta de formación y la pérdida de valores.

Después de 26 años en las islas, hablan muy bien de los canarios. Son gente amable y cariñosa, lo que supone una gran ayuda en la distancia. Por último, declaran que en Canarias no se está de vacaciones como mucha gente piensa, sino que se trabaja bastante. En un día normal, salimos de casa a las 7.30 y regresamos a las 20.30 horas, con una completa agenda en la que no faltan, a veces, los controles, el mantenimiento y la formación continua en nuestras respectivas profesiones, si bien los isleños tienen otro concepto más tranquilo de la vida, lo cual, a veces, nos impacienta a los peninsulares.