El autor posa con algunos ejemplares

Miguel Ángel Paredes Porro presentó ayer su libro “El poder de la amistad”

El autor zarceño, subinspector de la Policía Local de Mérida, dona los beneficios de esta edición a la Asociación Síndrome de Down Mérida

Pedro Espinosa

Jueves, 26 de noviembre 2015, 16:07

El Parador Nacional de Mérida fue escenario ayer de la presentación del libro El poder de la amistad, de Miguel Ángel Paredes Porro ante más de un centenar de personas, entre familiares, compañeros y amigos, que quisieron acompañar al autor en este emotivo acto.

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Miguel Ángel Paredes Porro (La Zarza, 1964) es, en la actualidad, subinspector del Cuerpo de la Policía Local de Mérida y medalla al mérito policial. Autor de numerosas publicaciones sobre operativa policial, imparte cada año charlas y cursos de formación por todo el territorio nacional.

El poder de la amistad es el primer libro que publica no relacionado con su profesión en el que disecciona la valiosa semilla de la amistad que todas las personas que me han acompañado en la vida, han sembrado en mí.

En esta primera incursión literaria, este enamorado de la amistad intenta derramar sobre el papel algunos sentimientos envueltos en palabras. A través de una serie de relatos cortos, defiende en sus páginas que la felicidad de una persona es innata a su carácter.

Cede íntegramente los derechos de autor de esta edición a la Asociación Síndrome de Down de Mérida, por defender el derecho al pleno disfrute de la vida en condiciones de igualdad.

Escribe desde hace tiempo, aunque todas mis publicaciones han estado relacionadas con el ámbito policial. Devora principalmente libros relacionados con su profesión Puedo tener una biblioteca con unos 500 manuales declara Paredes.

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La publicación de este libro supone expresar tus sentimientos, sensaciones o emociones, descubrirte a los demás. Si en algún momento continúa el autor-alguien encuentra refugio en mis libros, me halaga, para concluir afirmando que hay que luchar cada día por ser mejores personas, hay que arriesgarse a vivir.

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