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Julián Flores, con el uniforme de trabajo
Entrevista a Julián Flores Gordillo, Juli "el cartero"

Entrevista a Julián Flores Gordillo, Juli "el cartero"

"El correo que se reparte en la actualidad es comercial y debido al auge de la venta por Internet, mucha paquetería"

PEDRO ESPINOSA

Viernes, 30 de diciembre 2016, 16:17

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Julián Flores Gordillo acaba de cumplir 58 años. Padres de dos hijas, estudió Formación Profesional en Almendralejo, en la rama de Administrativo. Seguidor apasionado del Real Madrid y amante del fútbol, es conocido popularmente como Juli el cartero. Desde hace casi 36 años, recorre diariamente las calles del pueblo repartiendo el correo.

- ¿Cómo empezó en la profesión?

Pues comencé en 1981, aunque anteriormente había sustituido algunas veces a mi padre. Empecé cubriendo una baja, que se prolongó en el tiempo hasta que me hicieron fijo.

Durante más de 20 años trabajé con Quino y, en la actualidad, lo hago con su hija María José, que es una excelente compañera.

- ¿Se había planteado alguna vez ser cartero?

Nunca, a pesar de ser el oficio de mi padre. Yo había terminado mis estudios, había hecho la mili y, por una serie de circunstancias surgió la oportunidad. Y hasta el día de hoy, sin arrepentirme.

- ¿Cómo ha evolucionado su trabajo?

Pues al compás de la sociedad, como todo, de la mano de las nuevas tecnologías. De la carta familiar se ha pasado a la comercial. De la carta del padre que había emigrado a Alemania o de la gente que trabajaba en los hoteles en Cataluña y escribía semanalmente a su familia, hemos pasado a las cartas de los bancos o de los organismos oficiales.

También hay que destacar que el correo antes venía en tren e íbamos a la estación aún estando cerrada- a recogerlo. Posteriormente lo traían en furgoneta desde Mérida y ahora lo hacen en coche desde Guareña.

- ¿Cuál es la cara amable de su profesión?

Me quedaría con dos cosas. Por un lado, el trato diario con los vecinos del pueblo, y por otro, llevar noticias agradables a la gente.

- ¿Y el lado menos bueno?

Las condiciones climatológicas del invierno, sobre todo, los días de lluvia y viento y el reparto de correo no deseado (multas de la DGT, de Hacienda, etc.).

- ¿Nos podría contar cómo es su jornada de trabajo?

Trabajamos de ocho a tres. Hasta las diez clasificamos las cartas y atendemos al público. De diez a dos nos dedicamos a repartir y, finalmente, de dos a tres nos ocupamos del trabajo interno de la oficina.

- ¿Conoce todas las calles y casas de la localidad?

Totalmente, el cien por cien de las casas, con el nombre y apellidos de sus inquilinos. Además, le podría asegurar que sé el número del DNI de muchas de estas personas.

- ¿Qué tipo de correo se reparte en la actualidad?

Pues, principalmente correo comercial. Además, con la venta por Internet ha aumentado mucho la paquetería.

- ¿Sabe cuántos kilómetros puede recorrer diariamente?

Pues yo calculo que entre subir, bajar y cruzar calles, unos ocho o diez, aproximadamente.

- ¿Cuánto costaba un sello antes y cuánto cuesta hoy?

Quiero recordar que cuando yo empecé a trabajar el precio de un sello normal para el territorio nacional no llegaba a una peseta. Hoy cuesta 45 céntimos de euro (unas 75 pesetas).

-¿Qué situaciones anecdóticas recuerda?

En ocasiones, y cuando no aparece la dirección, la coincidencia de nombres y apellidos dificulta la entrega. También es llamativo el rechazo a las cartas negras procedentes del Catastro, de Hacienda, de Tráfico

Y fuera del trabajo ¿qué aficiones tiene?

Me gusta pasear pero, en casa dedico bastante tiempo al cuidado de mis mascotas (loro, cotorra, agapornis y una pareja de conejos). También soy aficionado a la jardinería (me encargo de las macetas) y a la cocina.

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