Pedro Espinosa
Viernes, 1 de julio 2016, 10:19
A sus 28 años, Gema Almendro Franco ya ha trabajado de veterinaria en Galicia, Dubai e Irlanda. En la actualidad desempeña su labor en un hospital de caballos en la localidad belga de Moerbeke, a 20 kilómetros de Gante. Empiezo a trabajar a las ocho de la mañana y termino a las cinco o las seis de la tarde comenta nuestra protagonista-. Y algunos días, guardia hasta la mañana siguiente. Aquí se trabaja mucho y son muy perfeccionistas, se aprovecha cada minuto.
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Afirma que sus experiencias en el extranjero la han hecho crecer, mejorar y ser más fuerte. Me alegro mucho de haber tomado la decisión de marcharme, pues he aprovechado oportunidades que no se me presentaban en España. Admite que los comienzos no resultan fáciles Sólo hay que ser paciente y superar el período de adaptación inicial. Después, a vivir y a disfrutar.
En cuanto a su vida en Bélgica, piensa que los belgas son educados, simpáticos y agradables, con una gran facilidad de acogida a personas de otras nacionalidades. Al poseer un nivel de vida más alto, todo resulta más caro que en España. Debido al clima, el campo está verde todo el año. La gente utiliza mucho la bicicleta como medio de transporte, desde niños pequeños a personas de 80 o 90 años.
La cerveza y el chocolate son los principales atractivos de Bélgica. En los bares te ofrecen un menú de cervezas en las que puedes encontrar más de cien diferentes, -comenta nuestra protagonista-. En cuanto al chocolate, te puedes encontrar una chocolatería en cada esquina.
La principal dificultad estriba en el idioma. Aquí se habla flamenco, aunque utilizamos el inglés para entendernos. Cuando dispongo de tiempo libre, me voy a Gante donde tengo un grupo de amigos o hago alguna excursión a la costa o a algún pueblecito perdido.
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De momento, Gema se quedará un tiempo más en tierras belgas y ante un futuro incierto no descarta colaborar con alguna ONG relacionada con el mundo animal.
Aconseja a los jóvenes que se plantean marcharse de España en busca de un mejor porvenir no tomar la decisión a la ligera, que tengan las ideas muy claras, sobre todo que sepan qué buscan y qué quieren. Finalmente reconoce las ventajas de vivir una experiencia en el extranjero. Creo firmemente que nuestra generación será más fuerte, más luchadora y con una mente mucho más abierta.
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