Pedro Espinosa
Lunes, 29 de febrero 2016, 14:47
58 años, casada con un belga, con quien tiene dos hijos y una hija, además de una nieta que me mantiene joven.
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Vive en Hasselt, ciudad de casi 80.000 habitantes situada en el norte de Bélgica. Es una ciudad muy bonita, donde se respeta mucho la naturaleza y las zonas verdes. Gran aficionada a la lectura y los viajes, ha descubierto recientemente el yoga.
Con apenas 15 años abandonó La Zarza en busca de trabajo, rumbo a Tossa de Mar (Gerona), pese a lo cual tuvo una infancia y una juventud muy felices. Lleva casi 22 años en Bélgica, aunque anteriormente vivió 13 en Alemania. Mi marido era militar, pero en la actualidad ya está retirado, comenta la protagonista de esta sección a Hoy La Zarza.
En Hasselt se vive muy bien, con un nivel de vida medio-alto. Aunque tampoco nos libramos de la crisis, hay bastante trabajo y ayudas sociales. A pesar de esta situación, los belgas protestan por todo y son líderes en huelgas., explica Ángela.
Sus hijos trabajan en el sector de las telecomunicaciones y su hija, en una empresa farmacéutica. Hablan francés, inglés, neerlandés y se defienden bastante bien en español. En Bélgica se le da mucha importancia a la enseñanza de idiomas. En casa utilizamos el neerlandés y el español. He inculcado a mis hijos el amor a mis raíces y adoran España, aparte de sentirse españoles.
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No observa muchas diferencias entre los belgas y los españoles. Son muy abiertos y entablan amistad enseguida, aunque nosotros valoramos más el concepto de familia en su extensión más amplia.
A pesar de llevar muchos años fuera, no pierde el contacto con La Zarza. La patria chica tira y voy todos los años a visitar a mis hermanas Juani, Mª José, a mi hermano Francis y al resto de la familia.
De su niñez guarda unos recuerdos entrañables: los baños en el río o en la Molineta, el monte Calvario, los juegos en la calle, los paseos por el parque
Después de 35 años fuera de España, aún sigue echando de menos las comidas de aquí. Yo soy de comida casera: garbanzos, lentejas, migas, gazpacho, tortilla de patatas, etc., además de los aperitivos y las tapitas.Cada vez que voy al pueblo me traigo en la maleta un libro en español, cachuela y roscas de hojaldre.
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Finalmente reconoce que, aunque le gustaría pasar temporadas más largas en España, se encuentra muy a gusto en Bélgica y totalmente adaptada al país.
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