

Licenciada en Odontología por la Universidad de Sevilla, la doctora Fernanda Sánchez Gallardo (Ribera del Fresno, 1972) abrió su clínica dental en La Zarza hace 25 años. Casada y madre de tres hijos, es la menor de nueve hermanos.
¿Cuándo y cómo nació la clínica?
Al terminar los estudios todos los compañeros buscábamos un destino para abrir nuestras clínicas o realizar sustituciones en los centros de salud de la Seguridad Social para ir cogiendo experiencia. Muchos de ellos tenían familiares que trabajaban en este campo. No era mi caso. Teniendo esa meta desde el principio de la carrera, solicitaba cada verano asistir voluntariamente a las clínicas de la doctora Coronada García, en Hornachos y Villafranca de los Barros, así como pasar consulta con los doctores Manuel Sanabria y Pedro González en el ambulatorio de la Seguridad Social de Mérida. Siempre les estaré muy agradecida a los tres, porque aprendí con ellos llevar a la práctica todos aquellos conocimientos que cada curso académico iba adquiriendo en la universidad.
Al finalizar mis estudios universitarios, tocaba buscar la ubicación de la clínica. Barajé la posibilidad de abrir en mi pueblo, pero en esos momentos había una clínica en funcionamiento y lo descarté. Al tener familia residiendo en La Zarza ya en esa época y coincidir con el cierre de una clínica existente en el pueblo, decidí emprender aquí mi aventura.
¿Qué personas componen su equipo?
Actualmente el equipo está formado por Isabel Tavero (Higienista dental), Mª José Moro (Higienista dental), Milagros Lavado (Administración y recepción de pacientes), Julia Díaz (Asistente en gabinete dental), María Vivas (Limpieza clínica), Dr. Nicolás Carmona (Cirugía), Dra. Carmen Villar (Odontopediatría), Dra. Ana Belén Rodríguez (Endodoncia) y yo (Odontología general, Ortodoncia y Estética dental)
¿Por qué decidió estudiar Odontología?
Me gustaba la rama sanitaria en general. Cuando estudiaba COU acompañé alguna vez al dentista a un hermano mío y me pareció un trabajo curioso. En aquella época, la forma de obtener el título era hacer primero Medicina y después la especialidad de Estomatología. Barajé esa posibilidad porque, además, también me gustaba Medicina. Una compañera del instituto me informó de que iban a implantar la carrera de Odontología en Sevilla en la que se podía obtener el título directamente. Esa idea me atrajo, aunque era difícil entrar porque solo había 40 plazas. Me cogieron en Sevilla en Odontología y en Badajoz en Medicina. Me decidí por la primera opción, de no ser así, habría hecho Medicina y creo que también me hubiera gustado.
¿Cuál es la parte de su trabajo que más le gusta?
El trato directo con el paciente, la parte humana del día a día y la variedad de tratamientos diferentes que se pueden realizar en una misma jornada laboral.
Aparte de esto, y dentro de los tratamientos que realizamos, lo que más me gusta y creo más importante es la prevención, pilar básico en el que hay que insistir. A partir de ahí, la Ortodoncia, la Estética Dental y las rehabilitaciones combinadas de prótesis y grandes reconstrucciones me entusiasman; en estos trabajos, es donde el paciente realmente observa el resultado final de un tratamiento en equipo. Es muy reconfortante ver la felicidad en la cara de nuestros pacientes al terminar estos trabajos, así como la sonrisa que se dibuja en su boca al desmontar un caso de ortodoncia. Más de una vez nos hemos emocionado todo el equipo a la vez que lo hacía el propio paciente.
¿Cómo ha evolucionado la clínica en estos 25 años?
La clínica ha evolucionado a la par que lo ha hecho la odontología, intentando adaptarnos a los cambios que en ella se han producido.
A nivel de conocimientos, con una formación continuada de todo el personal de la clínica; a nivel tecnológico, adaptándonos a la informatización, a la radiología digital, a las cámaras intra y extraorales, lámparas de blanqueamientos, TAC, materiales y técnicas constantemente renovados y actualizados, siendo siempre la calidad de los productos una máxima en la clínica.
Respecto al personal de la clínica, en nuestros comienzos la única odontóloga era yo y el personal auxiliar hacía las funciones de recepción de pacientes y ayudaba en el gabinete dental. Si tenía que realizar tratamientos más complejos, remitía a los pacientes a otros profesionales con dedicación exclusiva en esa materia. Hoy en día, en pleno siglo XXI, intentamos ofrecer todas las especialidades. Contamos con varios profesionales que ofrecen sus servicios en diferentes clínicas y también en la nuestra. Vienen puntualmente y el paciente recibe el tratamiento completo al lado de su casa.
¿Cuáles son los valores principales que ofrecen a los clientes?
Intentamos ofrecer a nuestros pacientes tratamientos de máxima calidad y atención personalizada, adaptándonos a sus necesidades, realizando una odontología basada en la ética profesional y cuidando al máximo la salud del paciente. Nuestra actitud pretende ser cercana y tener la confianza como pilar fundamental para conseguir que el paciente esté tranquilo y pierda la temida 'fobia al dentista'. Intentamos establecer una relación odontólogo-paciente duradera que permita realizar el tratamiento más adecuado y con la garantía de que, si hubiera algún problema, cuando vuelva a la clínica, el personal que va a encontrarse el paciente es el mismo que lo atendió en su día.
¿Cuáles son los cuidados básicos recomendables para una buena salud bucal?
Los cuidados básicos pasan por un cepillado dental correcto tres veces al día con pasta dental fluorada, utilización de seda dental y colutorio con flúor diariamente. A esto hay que sumarle una dieta equilibrada, baja en azúcares. Es importante reducir la ingesta de bebidas y refrescos azucarados y con alto contenido en ácidos.
A todo lo anterior añadimos visitas periódicas al dentista, ya que muchas de las patologías bucodentales se desarrollan de forma silenciosa y sus síntomas no son visibles en las primeras fases. Una detección precoz y un tratamiento adecuado son las claves para evitar complicaciones orales mucho más graves.
¿A qué edad y debemos empezar a ir al dentista?
Recomendamos hacer la primera visita al dentista dentro del primer año de vida ya que muchos niños, antes de finalizar la erupción de sus piezas de leche, ya han sufrido traumatismos, presentan caries o problemas de oclusión asociados a malos hábitos, como puede ser el uso prolongado del chupete, biberón con productos azucarados o succión digital. De esta manera, estableciendo la primera revisión sobre los 12 meses de edad, se puede empezar con medidas preventivas en cuanto a hábitos, consejos de alimentación y limpieza bucal. Desde que hace aparición el primer diente en boca hay que practicar con los más pequeños la limpieza a diario, se puede recurrir a dedales de silicona o látex o a cepillos adecuados para la edad y la boca del niño.
¿Con qué frecuencia se recomienda realizar las visitas?
Como norma general, lo ideal sería acudir cada 6 meses aunque, en un adulto con boca sana, podría distanciarse al año. Sin embargo, para aquellos pacientes que han necesitado mucho tratamiento, que han cursado con mucha patología previa o tienen malos hábitos dietéticos o higiénicos, resulta necesario una frecuencia mayor, que oscila entre las 3 ó 4 veces al año. Esto trasladado a los niños y teniendo en cuenta que en ellos todo evoluciona más rápido y están en continuo crecimiento, hace que su frecuencia deba aumentar en muchos casos. Así, siendo ideal una visita cada 6 meses, en grupos de riesgo a veces esta frecuencia asciende a visitas trimestrales.
¿Se sigue teniendo miedo ir al dentista?
La fobia al dentista es una situación con la que nos enfrentamos a diario. Este miedo puede llevar a un empeoramiento de la salud bucal. Para superarlo recomendamos visitar con frecuencia al dentista ayudará a normalizar la situación, mantener la calma antes del tratamiento, a veces es necesario alguna medicación previa o remedios naturales, preguntar al dentista todo lo que necesite el paciente para aclarar sus dudas, en el caso de los niños, hablar de forma positiva del dentista delante de ellos, acudir con ellos desde edades tempranas para que se familiaricen con el gabinete dental y explicarles la importancia de la higiene bucodental y practicarlo en familia, como un juego, y por último, lo más importante, elegir un profesional de confianza, que le dé seguridad y tranquilidad al paciente.
¿Se va al dentista por salud o por estética?
Tradicionalmente se acudía al dentista ante la presencia de dolor en la cavidad oral. Es cierto que sigue siendo uno de los motivos principales de la primera visita al gabinete dental, pero esta tendencia ha ido cambiando a medida que el dentista ha sido más accesible a toda la población. A la vez que aumenta la preocupación por la imagen personal, la población está siendo bombardeada con una comercialización excesiva, una gran cantidad de publicidad, la mayoría de las veces engañosa, donde prima la estética y se intenta acercar al paciente vendiendo estética, olvidándose muchas veces de la salud oral. Este es el mensaje que continuamente difunden los colegios de dentistas profesionales y alertan del peligro que conlleva.
Es importante recordar que los dentistas somos los médicos de la cavidad oral, que es un órgano como cualquier otro del cuerpo, susceptible de padecer enfermedades, algunas de ellas pueden ser muy graves. La primera función del dentista es la de diagnosticar patologías orales y una vez el paciente haya recuperado la salud oral, devolverles la estética.
Es muy bonito decir que somos fabricantes de sonrisas, pero lo importante es disfrutar de una sonrisa apoyada en la salud. Primero, hay que trabajar la salud bucal y después la sonrisa. «Una buena estética y una bonita sonrisa se apoyan en una buena salud oral».
Aparte de hacer endodoncias, empastes, etc. ¿qué aficiones tiene? ¿qué le gusta hacer en su tiempo libre?
De mi tiempo libre me gusta disfrutar en familia y lo divido entre La Zarza y Ribera del Fresno, mi pueblo natal, disfrutando del resto de familiares y amigos que allí tenemos. Además, me encanta viajar, leer, ir al cine, al teatro, practicar alguna actividad deportiva como caminar, nadar, spining, yoga….
Pero sobre todo, lo que más aprecio en mi tiempo libre es la tranquilidad del hogar en el fin de semana, sin tener que mirar el reloj, leyendo un libro, viendo una película, cuidando las plantas o disfrutando de «la odontología del fin de semana» , que implica estudios, trabajos, preparación de cursos, revisión de casos, de fotos … Hay quien dice en mi familia que mi principal hobby es mi trabajo y a medida que pasan los años me voy dando cuenta de que llevan razón. Creo que eso es una gran suerte.
¿Se queda algo en el tintero? ¿Le gustaría añadir alguna cosa?
Sí, me gustaría aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a todos nuestros pacientes que a lo largo de estos 25 años han confiado en nosotros. Intentaremos seguir siendo 'su clínica de confianza'.
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