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natalia reigadas
Viernes, 17 de mayo 2019, 08:21
Los exámenes impresos apenas viajarán. Cuando lo hagan, será en sobres de seguridad y a través de una empresa de transporte especializada. Si es necesario enviar el archivo digital, irá encriptado y la contraseña solo se dará a los responsables por teléfono. Además, ningún documento se subirá a internet hasta que todas las pruebas hayan finalizado. La Universidad de Extremadura (UEx) y la Junta no pueden permitir que vuelva a haber una filtración en la selectividad y para ello han firmado un protocolo para blindar la seguridad de este proceso.
El 4, 5 y 6 de junio, miles de estudiantes extremeños se enfrentarán a los temidos exámenes de Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), más conocida como selectividad. Los organizadores no quieren que vuelva a ocurrir lo del año pasado, cuando 4.000 jóvenes tuvieron que repetir una o dos pruebas porque se habían filtrado. Para ello, según revela la vicerrectora de Estudiantes de la UEx, Rocío Yuste, comenzaron a trabajar en febrero en un protocolo que ha sido aprobado el pasado 25 de abril, pero aún no se ha hecho público.
El protocolo ha sido aceptado por la comisión coordinadora de la EBAU, que cuenta con representantes de la Junta de Extremadura y de la universidad. Se trata de una serie de medidas que sirven para aumentar la seguridad de las pruebas. «Tanto en la universidad como en la Junta estamos contentos con el resultado», revela Yuste. Indica que se han fijado en las medidas que se toman en otras universidades, especialmente en las conocidas como el 'G9' (el grupo está formado por Cantabria, Castilla La Mancha, Extremadura, Islas Baleares, La Rioja, Navarra, Oviedo, País Vasco y Zaragoza). «Podemos decir que tenemos uno de los protocolos que más garantías ofrecen», afirma la vicerrectora de Estudiantes.
Rocío Yuste | Vicerrectora de Estudiantes
Yuste destaca que la comisión no ha querido cubrir solo el fallo del año pasado, sino que ha mejorado toda la seguridad. En 2018 el problema fue que la UEx subió a internet los exámenes. Estaban en un archivo oculto que no debía ser consultado hasta que finalizasen las pruebas, pero varias personas tuvieron acceso al mismo, por lo que se consideró que los documentos no eran seguros.
Esa filtración obligó a 4.000 estudiantes a repetir uno o dos de sus exámenes. El error afectó a siete asignaturas (Matemáticas, Latín, Fundamentos de Arte, Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales, Geología, Griego y Diseño) y desató una ola de indignación y protestas entre los afectados. Algunos incluso perdieron viajes o tuvieron que volver a desplazarse y reclamaron una compensación a la UEx.
En 2019 este fallo ya no podría suceder. La solución del nuevo protocolo es sencilla. Los documentos no se subirán a la red hasta el día después de que terminen todas las pruebas. Es decir, hasta el 7 de junio no habrá ningún modelo en internet, ni en carpetas ocultas ni de ninguna otra manera. Ese día sí se harán públicos para que los estudiantes puedan comprobarlos.
Otra medida que incluye el protocolo es que el papel viaje lo menos posible. Es decir, que los archivos con las preguntas no se impriman, sino que se manejen de forma digital para mayor seguridad. Pero en todo caso sin subirlos a la red. Para que el proceso sea seguro, los responsables enviarán un archivo encriptado a la persona que deba consultar el documento. Solo podrá abrirlo cuando le comuniquen por teléfono (nunca por escrito) la contraseña. Con esta doble comprobación es muy difícil que alguien ajeno al proceso tenga acceso a las pruebas.
Por último, cuando finalmente se impriman las pruebas, también cambiará la forma de hacerlos llegar hasta las 13 sedes de la región donde se examinarán los estudiantes. En cada una de estas ubicaciones hay un coordinador de la EBAU y hasta ahora eran estos docentes los responsables de ir a recoger los documentos y transportarlos en sus propios coches.
El nuevo protocolo establece que será una empresa de transporte especializada la que llevará los paquetes a cada una de las sedes. Además, irán guardados en unos sobres especiales en los que se pueda comprobar si han sido abiertos o no. Así, en caso de violación de la seguridad, se sabría y podrían cambiarse los exámenes.
Rocío Yuste cree que se trata de un sistema muy completo y solo esperan que se desarrolle sin problemas en la práctica.
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