El Zarceño, de mal en peor

Tres abultadas derrotas en las tres últimas jornadas. Y todo ello acompañado de un pésimo juego del equipo. Ayer, tras una media hora de tanteo, sin brillantez alguna, el conjunto se fue desinflando y terminó casi sin oponer resistencia al CP Talayuela, que estrenaba entrenador. Encajar una nueva goleada en casa resultó dolorosa para todos. El equipo volvió a ofrecer una mala imagen ante los 200 seguidores que acuden fielmente a la ciudad deportiva y que ven, con resignación, cómo el equipo no puede, no juega y le falta gasolina. Ante el combinado talayuelano, ni física, ni mental ni tácticamente funcionó. Ninguna de las líneas. La defensa hace aguas, el centro del campo anda perdido y la delantera –ayer con Monago y Casi-, no existe. Así de claro. La sensación fue de impotencia.

Y eso que en esta ocasión no ocurrió lo que venía sucediendo en los últimos encuentros. Habían transcurrido 30 minutos y los pupilos de Darío González habían mantenido su portería a cero. Fue de las pocas notas positivas de la mañana.

Pero a los 36 minutos, el delantero coreano –el mejor de su equipo- Seo conectó un cabezazo al saque de una falta ante el que nada pudo hacer el joven guardameta Pedro. 0-1 en el marcador y el Zarceño aún plantaba cara. Lo más destacado por parte local de esta mitad fueron las arrancadas de Juanjo Díaz que parecía ser el único que buscaba portería. Con este resultado se marcharon los jugadores al vestuario y con la esperanza de que en el segundo tiempo se podía remontar.

Pero nada más lejos de la realidad. Al poco tiempo de comenzar este período, el delantero Ángel Martín –otro de los destacados- hacía el segundo y comenzaba un nuevo naufragio para los de casa. Querer y no poder. Esta fue la imagen ofrecida ayer por el combinado tierrablanquero. En el minuto 68 llegaría el tercero, obra también de Ángel Martín a pase de Seo. Las contras cacereñas eran letales.

Cinco minutos más tarde el Zarceño daría señales de vida con un gran gol del centrocampista, recién incorporado al choque, Geni, que mandó el balón muy cerca de la escuadra izquierda de la portería defendida por Lucero. 1-3 que suponía un rayo de esperanza para los locales. Pero nada. No había forma, a pesar del empuje que por banda derecha imprimió el lateral Cerrato tras saltar al terreno de juego. Todo se quedó en un espejismo. En la recta final del encuentro, dos nuevos goles visitantes a cargo de Seo, otra vez, y de Abdellatif.

El equipo está tocado, muy tocado. Y la solución no se vislumbra, de momento, por ningún lado. Lo único que queda es trabajar, trabajar y trabajar. El próximo domingo, partido complicado en Don Álvaro ante un rival que se encuentra clasificado en la parte media-alta de la tabla. Difícil envite.