Carta-homenaje a los arrieros y a aquellas mujeres luchadoras en tiempos difíciles

La Zarza está llena de historias y recuerdos increíbles, historias que parecen sacadas de cuentos o grandes novelas y que acaban formando parte de lo que somos hoy en día.

Nuestra historia empieza como lo hace nuestra vida, con una mujer creándola.

M.ª Lucía Moreno, mujer de arriero, tuvo que enfrentarse a la viudedad desde muy joven. Pero eso no la derrotó, al contrario, siguió con el oficio de su marido enviando a sus hijos Alfonso y Vicente Cerrato, siendo unos adolescentes, a vender tierrablanca y cal morena por la zona de Hornachos, Llerena y Guadalcanal (Sevilla). De aquí surgió el sobrenombre de Alfonso 'el andaluz', apodo que con orgullo heredaría su futuro hijo Kiko, 'el andaluz', porque sí, a veces los apodos, esconden grandes historias detrás.

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M.ª Lucía, junto con sus hijas María Cerrato y su nuera Martina Romero, salían como arrieras a vender castañas, nueces e higos, como buenas valientes, en una época en la que no era fácil serlo, pregonando «castañas de La Vera…». Con el paso del tiempo, la mayoría de estos protagonistas se ha ido, aunque la historia que escribieron sigue viva y permanecerá eternamente, porque los recuerdos nunca se olvidan, sino que se heredan, se transmiten de generación en generación y forman parte de nosotros.

Pero aún podemos decir que tenemos a una protagonista de esta historia en vida. Se trata de María Cerrato, que actualmente vive en Parets del Vallés y pasa largas temporadas en su localidad natal, La Zarza, generalmente en verano y en algunas fiestas.

Todavía pregona, con orgullo, «las castañas de La Vera» en comidas de pensionistas, en la asociación de mujeres 'Amanecer' e, incluso, en Barcelona, cuando en el Hogar del Pensionista celebran la fiesta de 'la castañada'.

La familia de hermanos y primos Cerrato queremos homenajear en estas fiestas a nuestros antecesores, sobre todo a María Cerrato Moreno, responsable de que la historia continúe y que cada trozo de ella permanezca dentro de nosotros. ¡Tita, te queremos y tú lo sabes!