

Después de unos años de retiro, Cándido Corbacho Guerrero vuelve, a sus 71 años, a ocupar el cargo de mayordomo de la Cofradía (o Real Patronato) de la Virgen de las Nieves. «Es cuestión de fe y devoción», responde rápido y firme este zarceño de corazón ante la pregunta sobre los motivos de su regreso.
La anterior junta rectora, a cuyo frente ha estado Antonio Monge Barrero, abandona el cargo tras cinco años de mandato. Como en este tipo de tareas no hay codazos por su desempeño, Cándido Corbacho, que ha dedicado «casi media vida» a la Patrona de La Zarza –desde pequeño por la influencia de su madre, como le gusta recordar-, se animó a aceptar el cargo «con el apoyo explícito de mi señora, el sacerdote y mis amigos».
A su alrededor ha reunido a un «equipo extraordinario de zarceños dispuestos a mantener la devoción hacia Nuestra Señora y a conservar el legado histórico y religioso de La Zarza».
El pasado sábado, día 12, tuvo lugar el traspaso de poderes al término de la misa solemne en el Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, continuando con la tradición dejada «por los que nos precedieron en los más de 300 años de historia del Real Patronato».
Entre los proyectos a corto plazo se plantean mejorar el Santuario, «que ya toca» y, en el plano religioso, «difundir la fe en Cristo y la devoción a Nuestra Señora de las Nieves».
Cándido Corbacho, policía jubilado, es una persona muy conocida y apreciada tanto en La Zarza como en Mérida -sus dos lugares de residencia- por su pertenencia a diferentes colectivos sociales, culturales, deportivos y religiosos de ambas localidades.
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