De formación totalmente autodidacta, Antonio González González se inició tarde en el mundo de la pintura, a pesar de que siempre le atrajo el gusto por el dibujo. De nacionalidad española, aunque nacido en Francia, a sus 52 años está casado y es padre de dos hijos. Vive en Sillingy (Alta Saboya), donde trabaja en una empresa de frutas y verduras como responsable de logística.
Cuando decidió dar el paso para expresar determinados sentimientos a través de la pintura, recurrió a su suegra para que le diera unas primeras nociones sobre el manejo de los pinceles y los lienzos.
El primer cuadro que pintó fue una mujer pensativa sobre fondo blanco, luego vendrían muchos más, hasta poder realizar algunas exposiciones en su localidad.
Se inspira en la experiencia diaria, la familia, los amigos y, en general, en todo aquello que observa a su alrededor.
Utiliza la mezcla de colores para provocar sensaciones, a la vez que crea relieves en los lienzos para expresar proximidad, alejamiento o profundidad e invitar a adentrarse en el cuadro.
En sus creaciones utiliza materiales tan variados como pintura acrílica sobre lienzo de algodón o lino, esponja, tijeras, cepillo, hierro…
Visita varias veces al año La Zarza para estar con su familia y donde «me encantaría hacer una exposición», confiesa.
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