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Escuela de niñas
Las escuelas en La Zarza durante la Segunda República (I)

Las escuelas en La Zarza durante la Segunda República (I)

Debido a la elevada población infantil y al mal estado de las escuelas existentes, en el curso 31-32 se solicitó la construcción de un nuevo colegio con cuatro secciones de niños, otras tantas de niñas y una de párvulos

PEDRO ESPINOSA

Lunes, 23 de abril 2018, 17:47

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El 14 de abril de 1931 se proclamó en España la II República, régimen que pretendería democratizar y modernizar el Estado mediante reformas económicas y sociales. La nueva situación política se recibió con entusiasmo y alegría por parte de las clases medias y populares y con temor y rechazo por las élites sociales y económicas. Por aquella época, La Zarza entonces Zarza de Alange- contaba con un censo de población de 4.400 habitantes, dos escuelas de niños y dos de niñas y la corporación municipal estaba constituida por el alcalde, Valentín Guerrero Barragán, y los vocales-concejales Juan Andrés Valor, Ezequiel Martín, Luisa Lillo, Francisco Guerrero, José Muñoz, Pedro Gordillo, Manuel Romero y Antonia Guillén.

Con la República se producirían numerosos cambios en la educación, uno de los pilares de su programa. La formación de los maestros y la educación primaria fueron temas prioritarios para sus dirigentes, que realizaron numerosos esfuerzos para hacer llegar la enseñanza a todos los ciudadanos sin distinción de clases, modernizando sus métodos, programas, contenidos y recursos. Entre sus actuaciones inmediatas destacó la creación del 'Patronato de Misiones Pedagógicas' con el fin de hacer llegar la formación cultural al ámbito rural a través de la creación de bibliotecas, conferencias, sesiones de cine, conciertos, lecturas, exposiciones y otras actividades culturales.

Debido al aumento del censo de la población infantil en nuestra localidad, se instó al Ayuntamiento para que solicitara del gobierno provisional de la República la creación de dos nuevas escuelas unitarias, una de niños y otra de niñas.

Constitución del Consejo Local de Primera Enseñanza

A principios del curso 31-32 se constituyó el Consejo Local de Primera Enseñanza, siendo presidente, Juan Andrés Valor Nogales, (médico-inspector de Sanidad); vicepresidente, Manuel Banderas Ortiz (padre de familia); secretario, Faustino Morales Barrera (maestro nacional); vocales, Antonio Dorado Reyes (representante del Ayuntamiento), Luisa Lillo de Moya (maestra nacional) y María Lavado Molina (madre de familia). La función de este órgano pedagógico era velar por mantener la buena instalación de la escuela, el mobiliario y el material, estimular la asistencia a clase y colaborar con los maestros en aquellas tareas en las que resultara necesario. Las sesiones se celebrarían el primer lunes de cada mes, a las 12 de la mañana, en la escuela de niñas nº 2, sita en C/ Capitán Galán (actual C/ El Pilar), nº 5.

En una de su primeras actuaciones, se acordó proponer al Ayuntamiento para su traslado al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, la solicitud de la construcción de un grupo escolar con nueve locales (cuatro secciones de niños, cuatro de niñas y una de párvulos), provisto de las condiciones que exigía la moderna pedagogía y posibilitar así la graduación de la enseñanza, debido a las malas condiciones higiénicas y pedagógicas de los locales donde se encontraban las escuelas, su insuficiente capacidad y el hecho de ser arrendadas.

El estado higiénico y pedagógico de las escuelas existentes no era el idóneo, como lo atestigua el comunicado que los maestros don Luis Martín y don Faustino Morales enviaron al alcalde y al Consejo Local de Primera Enseñanza informándoles de la pésima situación en la que se encontraban sus respectivos locales agravada por el último temporal, "con la viga maestra estallada, la techumbre llena de goteras, las paredes agrietadas y la escalera para la subida de los niños en malas condiciones", por lo que, ante el temor de que pudiera desplomarse techo y paredes causando víctimas entre el alumnado lo ponían en conocimiento de los órganos competentes para declinar responsabilidades.

En octubre de 1931, el alcalde, don Valentín Guerrero Barragán, solicitó al Director de Primera Enseñanza la construcción por parte del Estado del mencionado edificio-escuela con nueve locales, comprometiéndose el Consistorio a hacerse cargo del 25% del importe total de las obras. Así mismo, se requirió al Ayuntamiento la creación de una biblioteca escolar válida para todas las escuelas, con su correspondiente mobiliario y libros o dinero en metálico para iniciarla, siendo designado como encargado de la misma, el maestro don Luis Martín González.

Creación del cmedor escolar

Como reflejo de la importancia concedida a la educación en aquella época, se solicitó al Ministerio la creación de una cantina (comedor) escolar, así como un aparato de radio y otro de cine y se invitó a los mayores contribuyentes y vecinos amantes de la cultura a hacer un donativo o legado en dinero o en libros con destino a la biblioteca escolar. Se acordó, inicialmente, inaugurar la biblioteca el día 9 de diciembre, día de la promulgación de la Constitución de la Segunda República (aunque se inauguraría meses después) y solicitar de la Diputación Provincial un lote de volúmenes históricos de la provincia y otro de autores extremeños para la biblioteca escolar, así como del Consejo Provincial de Primera Enseñanza varios ejemplares de la Constitución con destino a las escuelas de la localidad.

El citado Consejo, en su apoyo a la difusión y elevación de la cultura primaria, informó a los maestros de su obligación de comunicar mensualmente al alcalde y al Consejo local las faltas de los niños. Así mismo, acordó solicitar al Ayuntamiento la celebración de la Fiesta del Árbol, el día 28 de febrero de 1932 por la tarde "con todo el esplendor y brillantez posible, dada la importancia de esta culta fiesta", ya que hacía años que no se celebraba este acto pedagógico y cultural.

Inauguración de la biblioteca escolar

Ese mismo día se inauguraría la biblioteca escolar, instalada provisionalmente en el domicilio del bibliotecario, don Luis Martín González, en la calle Barrial, 32, a la que se invitó para dotar al acto de mayor solemnidad, a las autoridades locales y a cuantas personas se distinguieran por su cultura y amor a los libros. Debido al excesivo trabajo que pesaba sobre el señor bibliotecario, se acordó nombrar auxiliar del mismo al maestro nacional, don Marcial Alcón Pantoja.

Según el Patronato de Misiones Pedagógicas, en Zarza de Alange {Badajoz) había una biblioteca que servía para ocho escuelas. De su informe se desprende que la biblioteca disponía de unos 700 volúmenes, su funcionamiento era excelente y que se leía muchísimo. De la misma se ocupaba principalmente el maestro D. Luis Martín González, celebrándose con frecuencia actos culturales, conferencias, etc. a los cuales el pueblo siempre respondía.

La biblioteca acogería conferencias mensuales el último domingo de cada mes a las 11 de la mañana. La correspondiente al mes de abril tendría lugar el día 23, Fiesta del Libro y correría a cargo del propio bibliotecario. Otros conferenciantes posteriores serían don Antonio Pantoja Maestre, don Diego Montero de Espinosa y Pantoja, abogado, y don Antonio López Barquero, médico de la localidad.

Con motivo de la celebración del primer aniversario de la República, durante los días 14, 15 y 16 de abril, el Consistorio organizó una serie de actos como conferencias, sesiones infantiles de cine y festejos varios, los cuales irían acompañados del cierre de comercios. A estos actos el alcalde invitó a los miembros del Consejo Local de Primera Enseñanza, a los maestros nacionales y a los escolares, "agradeciendo se estimulara la asistencia de los niños a los referidos actos".

Cambio de horario escolar

Se aproximaba el verano y las altas temperaturas comenzaban a hacer acto de presencia. Debido a las malas condiciones higiénicas de los locales-escuelas, se modificaba el horario escolar habitual de 9 a 12 y de 14.30 a 16.30 horas, pasando a ser, a primeros de mayo, de 8 a 11 de la mañna y de 3 a 5 de la tarde.

La recién creada biblioteca escolar se convertiría en uno de los motores culturales del municipio. Se estableció que cada escuela la visitara durante dos días consecutivos, y que las personas adultas dispusieran de todos los días laborables. Además se acordó que los libros donados por el Ayuntamiento a los niños con motivo de la reciente Fiesta del Libro, se llevaran a la biblioteca para aumentar el número de volúmenes de la misma y pudieran ser leídos por el resto de usuarios. Durante el mes de mayo el número de lectores de la biblioteca había ascendido a 304, entre niños y mayores y en junio, a 399.

Así se llegó al final del curso 31-32. Durante las vacaciones estivales se cerraría la biblioteca, se suspendería el ciclo de conferencias y se instaría al ayuntamiento para que 'durante las canículas arreglara y blanqueara los locales-escuelas y repusiera el material necesario de los mismos'.

PEDRO ESPINOSA GARCÍA

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