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Exterior de la iglesia
La iglesia parroquial de San Martín. Arquitectura (I)

La iglesia parroquial de San Martín. Arquitectura (I)

El templo, junto a su platería y ajuares litúrgicos anteriores al siglo XX, fue declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento en 2014

FABIÁN LAVADO RODRÍGUEZ

Domingo, 26 de noviembre 2017, 11:50

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La iglesia parroquial de La Zarza está dedicada a San Martín, personaje histórico conocido como San Martín de Tours o San Martín Obispo. Nació en la región de Panonia (Europa Central), que por entonces pertenecía al Imperio Romano, en 316 d.C. Desde muy joven sirvió en el ejército romano. Siendo soldado ocurrió el episodio por el que es más conocido y el motivo preferido para su representación iconográfica. Martín estaba en Amiens en pleno invierno, cuando a las puertas de esta ciudad, se encontró a un mendigo tiritando de frío, partió su capa en dos y le entregó la mitad al pobre. Esa noche se le apareció Jesús en sueños para agradecerle el gesto. Abandonada la vida militar, Martín se bautiza. En el 371 es nombrado obispo de la ciudad francesa de Tours, destacando por su caridad, evangelización y lucha contra el paganismo. Murió el 8 de noviembre de 397 en Candes-Saint-Martin (Francia), pero sus funerales se celebraron tres días después, el día 11, de ahí que este sea el día de su conmemoración. Es el patrón de Hungría y de ciudades como Buenos Aires y Utrech, y también de soldados como los de la Orden de Santiago, a la cual pertenecía nuestra iglesia.

La iglesia de San Martín, junto a su platería y ajuares litúrgicos anteriores al siglo XX, fue declarada B.I.C. (Bien de Interés Cultural), con categoría de Monumento, el 30 de septiembre de 2014.

Gracias a la información aportada por el documento de declaración de B.I.C., la obra 'Monumentos Artísticos de Extremadura' de varios autores y, sobre todo, a la información de las diferentes Visitas de la Orden de Santiago a lo largo de los siglos XV, XVI y XVII, podemos seguir y conocer la evolución arquitectónica y artística del templo.

La iglesia de San Martín, perteneciente a la Orden de Santiago y actualmente a la diócesis de Mérida-Badajoz, se localiza en la zona más elevada de la localidad al final de una acusada pendiente, en la desembocadura de varias calles, sin construcciones adosadas a su alrededor; aunque inicialmente estaría sola, a cierta distancia de las últimas casas del pueblo por esa zona.

El templo está construido mediante el uso de mampostería sin revocar, ladrillo y sillares. Su estructura externa es rotunda, como un enorme cajón con grandes paramentos de mampostería donde apenas algunos elementos (las dos capillas laterales, la sacristía y los contrafuertes) sobresalen o alteran el volumen de esta gran mole. Su iluminación natural es muy escasa, apenas dos ventanas de medio punto en la zona del ábside, otra en el lado de la Epístola y las ventanas y huecos situadas en la portada de los pies o del Perdón. Los huecos de las capillas laterales fueron cegados al instalarse los retablos.

Su construcción comenzó en el siglo XV

Cronológicamente la edificación de la iglesia corresponde al siglo XVI, aunque su construcción comienza en la segunda mitad del XV y continúan las obras en el XVII. Interiormente presenta una gran unidad estilística, aunque en el exterior se pueden apreciar distintas etapas constructivas. Así, la cabecera sería más antigua que la nave, y ambas más que las portadas, que datarían del siglo XVII. Estas diferencias temporales se pueden observar en los contrafuertes, unos de ladrillo, otros de sillería o mezcla de ambos, que están dispuestos en oblicuo, lo que posiblemente indicaría hasta donde fue creciendo el edificio y los añadidos posteriores. En el tramo medio de la fachada del Evangelio la que mira hacia la calle La Iglesia-, encima de la capilla lateral y de la portada, se conserva una cornisa original de ladrillo que corona el muro a modo de ornamentación, realizada mediante arcos entrelazados y rematada por almenas escalonadas que nos remite al estilo mudéjar. Se ha imitado esta cornisa en todo el costado del Evangelio, el ábside y la portada del Perdón.

Interiormente destaca la gran amplitud espacial del templo y su diafanidad, así como su unidad de estilo, lo que le confiere un aspecto sobredimensionado. Se compartimenta en una única nave dividida en tres tramos cubiertos con bóveda de crucería estrellada, separadas por arcos fajones de medio punto que apoyan en ménsulas renacentistas donde se aprecian denticulados, angelotes y otros motivos ornamentales. En las claves de las bóvedas son visibles el escudo de la Orden de Santiago y motivos geométricos. El arco toral, que separa la cabecera de la nave central, es apuntado lo que denota una fase más antigua de esta zona. La cabecera, la parte más antigua de la iglesia que nos remite a finales del siglo XV, es ochavada y de grandes proporciones, dividida en dos zonas o capillas bien diferenciadas en altura: altar mayor y presbiterio, cubierta por bóveda de crucería. Cercanas a la cabecera y en los costados del Evangelio y de la Epístola, se abren dos pequeñas capillas con portadas de granito, que le dan a la planta de la iglesia forma de cruz latina, aunque muy achatada por los extremos, conectando con la nave mediante arcos apuntados u ojivales. Adosada a la cabecera se abre la sacristía de reducidas dimensiones. Las capillas laterales se cubren con bóvedas de crucería más sencillas que las de la nave, la sacristía con la más simple, de crucería cuatripartita. A los pies del templo se encuentra el atrio interior con un arco de entrada al templo rebajado, sobre el que se sitúa el coro alto también con el mismo arco. A ambos lados del atrio se hallan la capilla bautismal, cubierta con bóveda de medio cañón y arco de entrada de medio punto con una reja de madera con balaustres, y las escaleras de subida al coro y campanario, este último reconstruido de ladrillo en 1992 y rematado en chapitel.

El templo de San Martín posee dos portadas: la del Evangelio, de gusto clasicista realizada en ladrillo y encalada, formada por un arco de medio punto enmarcado por pilastras laterales, rematado en su parte superior por frontón partido con una hornacina a su vez rematada con un frontón y tres pináculos, sobre esta portada se sitúa una espadaña con esquilón; la otra portada, la del Perdón, ubicada a los pies de la iglesia, es de cantería, con dos pilastras que enmarcan un arco de medio punto sobre el que se dispone el entablamento y un frontón partido con un nicho en medio sin imagen.

La hornacina es la mayor de la comarca

Destaca por su singular interés la hornacina o credencia que sirve de sagrario o repisa para colocar objets litúrgicos, situada en el altar mayor, en el lado izquierdo o del Evangelio. Es de estilo renacentista, de tradición medieval y muy representativa casi exclusiva- de la comarca emeritense, encontrándose, por ejemplo, en las iglesias de Valverde de Mérida, Trujillanos, La Garrovilla y Torremayor. La hornacina de La Zarza, la de mayor tamaño de la comarca pues llega hasta suelo, se abre en el muro y consta de un arco carpanel flanqueado por columnillas y con medallones en las enjutas. Tiene dos cuerpos separados por el entablamento: en la parte inferior un escudo de mármol blanco con la representación de un jarro de azucenas, alusivo a la pureza de María, guardado por leones rampantes y en los extremos medios medallones; en la parte superior una venera central adornada con grutescos y medios atlantes rematada por una cruz con calavera. Dentro de este hueco se abre otro más pequeño, rematado por un arco conopial, donde estaba el sagrario. Por semejanzas estilísticas con la portada plateresca de la iglesia de la Candelaria de Fuente del Maestre, es posible que interviniera en su ejecución el artista Pedro de Maeda, autor de dicha portada.

En cuanto al arte mueble debemos destacar varios retablos, todos dorados, excepto el de la capilla de la Epístola. El retablo mayor, mixto de talla y pincel, se estructura en banco, dos cuerpos y tres calles separadas por columnas salomónicas. En el primer cuerpo se sitúan las esculturas de San Pedro y San Pablo, en el segundo dos pinturas que representan a la Virgen y a San José con el Niño. En la calle central y a media altura la imagen de San Martín; corona todo el conjunto una pintura de Santiago Matamoros. El retablo de la capilla del Evangelio consta de un cuerpo de tres hornacinas separadas por columnas salomónicas que albergan las tallas de la Verónica, la Dolorosa y San Juan, y un ático cruciforme que contiene la figura de un crucificado venido de México. Su bóveda está decorada con una pintura mural de motivos vegetales, posiblemente de Alonso de Mures de principios del siglo XVIII. En el mismo lado del Evangelio se sitúa el retablo de la Virgen del Rosario, de un cuerpo sobre banco, con tres calles que contienen las figuras de San José con el Niño, San Antón acompañado por un cerdito y en el centro la Virgen del Rosario, obra realizada en madera por Alonso Álvarez Albarrán en 1625, discípulo de Martínez Montañés, y ático con una pintura sobre tabla de la Virgen con el Niño. El retablo de la capilla de la Epístola tiene un solo cuerpo de tres calles sobre banco, rematado por cuatro pináculos. En la hornacina central destaca la figura de Cristo en la tercera caída, adquirido en 1604. Por último y también en este lado, se encuentra el retablo del Corazón de María, estructurado en banco, un solo cuerpo con la Inmaculada y ático con una pintura de la cruz santiaguista; el retablo está totalmente repintado. Destacar la escultura en madera de San Marcos del siglo XVI, de autor desconocido, aunque se atribuye a varios autores: Berruguete, alguno de sus discípulos o Antonio Florentino.

Evolución del templo según las Visitas de la Orden de Santiago

Hasta aquí la descripción de la iglesia de San Martín. Ahora veamos como evolucionó la obra del templo desde finales del siglo XV hasta principios del siglo XVII, cuando se concluyó -salvo reformas posteriores-, gracias a las Visitas de la Orden de Santiago. En las visitas de 1494 y 1498, los visitadores nos cuentan que inspeccionaron la iglesia bajo la advocación de San Martín, realizada en mampostería de piedra, de una sola nave sobre cuatro arcos de albañilería, solado de ladrillo, encalada en su interior y con algunas pinturas murales, sacristía y campanario con dos campanas medianas. Visitó el sagrario, el cual está puesto sobre un mármol, es pequeño y ahora lo hacen mayor y más honrado, en él estaba una arquilla de madera pintada y dentro de ella otra caja de madera dorada donde estaba más pequeña el Santo Sacramento en corporales de lino muy limpios; aunque sería menester que estuviera en una cajita pequeña de plata para dar más dignidad al 'Cuerpo de Cristo'. En el altar mayor, dentro de un tabernáculo pintado, estaba la imagen realizada en madera de San Martín, a su espalda algunas historias religiosas pintadas en la pared y encima una cortina de lienzo blanco. Igualmente en el altar se situaba una cruz de madera con un crucifijo dorado y pintado, un ara con sus corporales e hijuela (lienzo circular que cubre la hostia sobre la patena hasta el momento del ofertorio), una palia (tela que cubre el cáliz y la patena) de lienzo con una cruz de seda, un candelero de latón, unas vinajeras de peltre (aleación de cinc, plomo y estaño), una esquila para cuando los feligreses van a comulgar, unos manteles, un frontal de guadamecí o cuero adobado y adornado con dibujos de pintura o relieve que adornaba las gradas del altar, tres paños de pie de lana, dos ciriales de palo pintados y dorados, una pila de bautizar y unas crismeras de peltre. En el arco de la capilla había un crucifijo y dos imágenes de madera pintadas y doradas, a sus espaldas una lámpara pequeña de latón y una rueda de campanillas. (Continuará)

Fabián Lavado Rodríguez (Cronista oficial de La Zarza)

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