Antonio Martínez Guerrero, pasión por la fotografía

Antonio Martínez Guerrero (La Zarza, 1959) se propuso conocer a través de la fotografía cómo era el pueblo en el pasado, sus calles y plazas, sus gentes, sus costumbres Para ello se puso «manos a la obra» hace más de un año. «Comencé a visitar los mejores archivos fotográficos de un pueblo, que son sus habitantes; hablé con ellos y les conté el proyecto. La colaboración de los vecinos ha sido extraordinaria», comenta a Hoy La Zarza nuestro protagonista. «Me han abierto sus puertas, han vaciado sus cajas de zapatos y me han ofrecido sus recuerdos en forma de fotografías». Este laborioso trabajo requiere mucho tiempo y paciencia. «Hasta el momento habré digitalizado unas 2.500 fotografías, las cuales, después de haber sido seleccionadas, han pasado por un proceso de clasificación y sometidas a un tratamiento de limpieza para reparar el deterioro causado por el paso del tiempo», explica Martínez. En la reciente Feria de Mayo, este licenciado en Historia y conserje en el Instituto Pedro de Valdivia, de Villanueva de la Serena inauguró una exposición que cosechó un gran éxito entre los asistentes. «Siempre resulta agradable recibir el reconocimiento de la gente a través de sus palabras y felicitaciones. Notas que los vecinos disfrutan contemplando las fotografías o el video Quiero agradecer, de corazón, a todos los que me abrieron sus casas y me ofrecieron sus fotografías, porque sin su ayuda, este trabajo no hubiera sido posible». Muchas de las fotos que ha recopilado no tienen fecha y hay que intentar averiguar en que década pudieron haberse hecho. «He encontrado algunos retratos de finales del siglo XIX y principios del XX, aunque la mayoría data de los años 50 y 60, gracias a la labor de los fotógrafos que iban por los pueblos de feria en feria y al trabajo como profesional en nuestra localidad de Félix Cerrato, «el retratista», en la década de los 60.» Antonio Martínez se confiesa un enamorado del blanco y negro, tanto en la fotografía de retrato como de calle. «Creo que tiene más fuerza visual y mayor contraste de luz que el color». En la actualidad se encuentra inmerso en esta recopilación de fotos antiguas para su posterior publicación en un libro. »Detrás de cada fotografía hay una historia. Me gusta que me cuenten, mientras tomamos un café o una cerveza, qué personajes aparecen en cada foto o cuándo se hizo», concluye.