Entrevista a Secundino Monago Cortés, bibliotecario municipal

¿Cuánto tiempo lleva al frente de la biblioteca?

Me hice cargo de la misma el verano del 84, tras superar una prueba de acceso.

¿Cuántos volúmenes calcula que puede haber aproximadamente?

En torno a los 15.000.

¿De dónde proceden los fondos?

Fundamentalmente del Ayuntamiento, Junta y Diputación. Y algunas donaciones de particulares que agradecemos.

¿Qué apartados tienen más aceptación?

Actualmente el préstamo, y el normal aún por encima del digital, ya que con el préstamo directo del libro se puede acceder a las últimas novedades. Y el lector actual es muy exigente en cuanto a novedad y calidad.

¿Se han notado las últimas reformas realizadas?

Sin duda. Con la climatización de la sala, la estancia resulta más acogedora. Con respecto al resto de servicios, aparte del éxito del préstamo digital, uno de los objetivos principales es facilitar la lectura a personas con dificultad lectora o con problemas de visión pues se puede elegir la opción de escuchar el libro. Se ha reactivado la conexión wifi con exclusividad para trabajos y consultas en horario de apertura permitiendo el uso de tablets o portátiles propios. También se atiende por teléfono o whatsapp cualquier duda o consulta evitando así desplazamientos innecesarios. Y con la Pequeteca se han programado actividades infantiles los viernes para darnos a conocer a los más pequeños. Además exponemos novedades y recomendaciones en Facebook Disfruta la Zarza.

¿Desde cuándo existe la biblioteca pública en La Zarza?

La biblioteca actual comenzó su andadura en 1984, pero la primera que tuvimos fue inaugurada el nueve de julio de 1933. Y entre ambas, en ese tiempo muerto ya sabemos lo que hubo.

En unas recientes jornadas sobre Historia Local, habló de esa primera biblioteca municipal. ¿Qué sabe de sus orígenes?

El resultado de la investigación de los orígenes constituyó una sorpresa para mí. Yo no entendía el interés de mencionarnos en publicaciones especializadas de prestigio ni los elogios del informe del inspector Juan Vicens.

En 1932 se publicó en La Gaceta de Madrid, actualmente Boletín Oficial del Estado, el primer decreto para la creación de Bibliotecas Municipales. Al día siguiente de esta publicación, el Ayuntamiento acordó en pleno una Instancia a la Junta de Intercambio solicitando la construcción de una Biblioteca Municipal. Así pues, La Zarza fue el primer pueblo de España que solicitó biblioteca, tal como reflejó Juan Vicens en su informe, biblioteca ejemplar en su posterior actividad y funcionamiento. Llegó a albergar más de mil volúmenes, de los que quedan la Enciclopedia Espasa y 43 libros que mantenemos en una vitrina especial.

Aprovecho para rogar a quienes consiguieron salvar de la destrucción alguno de aquellos ejemplares que es el momento de devolverlos a su lugar como testimonio de nuestra historia.

¿Cómo ha sido la evolución de la biblioteca en todos estos años?

De su primer periodo puedo deducir por los diferentes informes objetivos que tenemos que fue excelente. Y que incluso su creación se debió a una decisión seria por parte de la corporación de Valentín Guerrero Barragán, alcalde de la época.

De la actual biblioteca, hay que destacar desde un principio el enfoque como proyecto formal y de compromiso de futuro que todas las corporaciones han mantenido. Desde su fundación, con Sebastián Guerrero (casualmente sobrino del primer fundador), de su crecimiento y madurez con Antonio Guerrero, y el mantenimiento y actualización con Francisco Farrona.

¿Cómo valora la asistencia de público?

El concepto de asistencia va parejo al progreso. Hasta la aparición de Internet, las bibliotecas cumplían la función que ahora hace Google, por lo que la asistencia en sala era necesaria para consultar las enciclopedias.

En la actualidad, la asistencia se enfoca más al ocio infantil, lectura de prensa y publicaciones, consulta de ordenadores y lugar de estudio.

Pero el éxito de una biblioteca no reside en la asistencia, sino en el uso de todos sus servicios.

¿Qué es lo más gratificante de su trabajo?

El agradecimiento de un lector que ha disfrutado con un libro. Sobre todo si se lo he aconsejado. Es como si le hubiese ayudado a ser feliz un ratito.

¿Y lo que menos?

La falta de respeto hacia la biblioteca, su entorno o quienes la ocupan.